¡Haz Fuerza!

El problema de la salud en nuestro país es que no interesa hasta que la pierdes. Tenemos poca conciencia preventiva. De hace un tiempo a esta parte y para los años venideros, gracias a los avances en el terreno científico, el paradigma del “hacer cardio” para llevar una vida saludable va a desaparecer incuestionablemente; o por lo menos tendrá que desaparecer del imaginario de la persona que quiera  estar en perfectas condiciones físicas…y psíquicas para llevar una vida tranquila y placentera, es decir, sin enfermedades.

La salud general, el bienestar que todos buscamos, radica en el control de tres aspectos clave de nuestro organismo: el músculo, el tejido adiposo y el equilibrio simpático-parasimpático de nuestro SNC. Ellos son realmente órganos endocrinos en sí mismos, es decir, son capaces de liberar hormonas, o sea, son capaces de generar y desencadenar multitud de procesos en nuestro cuerpo.

Y no lo digo yo. En multitud de clínicas tanto como en centros de rehabilitación de diferente índole (traumatológicas, afecciones cardíacas, sobrepeso, postoperatorias, etc) la utilización del concepto fuerza es ya una base sobre la que asientan todos sus protocolos. Sí, hacer fuerza, que nuestros músculos sean capaces de generar cada vez más tensión mecánica. Da igual si tienes 13, 24, 56 u 80 años. Si quieres tener un corazón fuerte y sano: que tus músculos hagan fuerza; si quieres reducir al máximo tu % de masa grasa corporal (y sobre todo visceral…): haz fuerza; que quieres un sistema cardiorrespiratorio y cardiovascular en perfectas condiciones: haz fuerza; que quieres una salud articular que te dure para toda la vida: haz fuerza (disculpadme de antemano por lo que voy a decir: lo que hace el 98% de las personas que van al gimnasio a mover las máquinas, las mancuernas y las barras no es un entrenamiento de fuerza; es otra cosa, ni buena ni mala: es…otra cosa; pero indudablemente lo que se ve ahí suele aportar más riesgos que beneficios. Ya cada uno que elija, somos libres, faltaría más); que quieres estar protegido contra enfermedades como el síndrome metabólico, arterioesclerosis, estrés, ansiedad, osteoporosis, etc: haz fuerza.

¿Y el cardio? ¿Cómo voy a quitarme los kilos de más después los atracones de la Navidad venidera?¿Cómo voy a trabajar mi corazón y mis pulmones si no corro, hago elíptica, sppining (ciclo indoor) o clases de algo aeróbico? Eso lo estáis pensando ahora cada uno de vosotros. Y por supuesto yo os voy a responder: HACED FUERZA. E intentad ser capaces de seguir haciendo cada vez MÁS FUERZA. ¡No corráis!, a no ser que os vayáis a dedicar al atletismo, incluso si vuestro objetivo es cualquiera de los anteriormente comentados (aparte de muchos otros) ¡no corráis, no hagáis más cardio o aeróbico!. ¡Eso no existe!. ¡El corazón no necesita ser entrenado!. ¡Haced fuerza!.

No provoca mayor beneficio los famosos 30’ andando/trotando en la cinta del gimnasio para “perder grasa” que sólo 11 repeticiones bien hechas haciendo flexiones/extensiones de cadera, rodilla y tobillo en una prensa de piernas con todas las variables del entrenamiento controladas. (cuando veáis a algún sujeto hacer prensa con 100-300 kilos no intentéis razonar con él, mejor reservadle una cama en la planta de traumatología del hospital de vuestra zona: acabará allí). ¡¡Pero es que eso no es funcional!!, estáis pensando todos y todas. Vale, a ello me dedicaré el mes que viene.

Todo es fuerza. Todo es en realidad entrenamiento de fuerza en escenarios distintos; y el corazón y los demás sistemas, unos siervos de la musculatura. Nunca olvidéis esto. De ahí que lo realmente imprescindible y donde reside el mayor poder es controlar esos escenarios distintos. ¿De verdad creéis que sois capaces de ello?. Id est quaestio.

 

Francisco López, entrenador personal de One Sport.